Reflexiones semanales del 26 de Febrero de 2023

San Francisco de Sales dijo: “La Cuaresma es el otoño de nuestra vida espiritual durante el cual recogemos el fruto que nos mantendrá en marcha durante el resto del año”. En otoño cosechamos manzanas, peras, arándanos, calabazas, calabacines y mucho más. Para hacer eso, reunimos las herramientas adecuadas y vamos a los huertos y granjas, en Cuaresma también debemos prepararnos adecuadamente, buscando una relación más profunda y significativa con el Señor.

A menudo, para ayudarnos en este viaje, renunciamos a algo: chocolate, refrescos, postres, donas o similares. Este año, pídale a Dios en oración cómo observar mejor la Cuaresma y hacer más espacio para él en su vida. ¿Donarás el dinero que habrías gastado a la iglesia u otra causa benéfica? ¿Rezarás cada vez que te sientas tentado por una de estas delicias? ¿Y cómo ayudarás a tus hijos a crecer en su relación con Dios? ¿Cómo puede modelar y enseñar a sus hijos a profundizar su vida de oración? ¿Dando limosna? ¿Ayuno? Y recuerda que el ayuno no siempre se trata de comida, pueden ser hábitos o cosas que nos distraen de nuestra relación con Dios. Tal vez sea saltarse la película del viernes por la noche, asistir al Vía Crucis o donar juguetes, ropa u otros artículos que ya no se necesitan pero que están en buenas condiciones. No importa lo que hagas, recuerda, la Cuaresma es el momento de “recoger tu fruto espiritual para el año”, ¿qué cosecharás tú y tu familia?

–Ashley Letsche

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