¿Dónde encuentro a Dios?
La respuesta simple es la que aprendí cuando estaba en la escuela primaria: Dios está en todas partes. Y ahí es realmente donde encuentro a Dios, ¡en todas partes!
Encuentro la calidez y la belleza de Dios en un día brillante y soleado.
Encuentro el cuidado renovador y nutritivo de Dios en una suave lluvia suave
Encuentro el asombroso poder de Dios en el relámpago y el rugido del trueno
Encuentro la enormidad de Dios en la inmensidad del océano.
Encuentro la atención de Dios al detalle en la elaboración intrincada de todas y cada una de las flores.
Encuentro el genio creativo de Dios en la interconexión de todos los seres vivos.
Encuentro el llamado de Dios para servir en los ojos de los solitarios, los hambrientos, los desesperados, los afligidos
Encuentro la tierna y amorosa compasión de Dios en las manos, las voces y los actos de bondad de mis semejantes, hombres y mujeres, que cuidan de mí cuando lo necesito.
Encuentro la misericordia y el perdón de Dios en las palabras de la Escritura y en el sacramento de la Reconciliación
Encuentro el deseo de Dios de estar cerca de mí y compartir cada aspecto de mi vida en el sacramento de la Sagrada Comunión.
Encuentro los oídos y los brazos abiertos de Dios, su aliento y consuelo en la oración
Encuentro a Dios en todas partes porque ahí es donde lo busco, y Él ha prometido “Busca y encontrarás”.
¿Dónde encuentras a Dios?
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