Reflexiones Semanales del 13 de Noviembre de 2022

RICA, Rito de Iniciación Cristiana de Adultos. El Concilio Vaticano II en la Constitución de la Sagrada Liturgia llamó a volver a nuestras raíces. Específicamente, pedía la restauración del catecumenado de adultos. “Restauración”, ¿por qué necesitaba ser restaurado, qué pasó con él? En la iglesia primitiva, siglos I y II, no había un proceso formal de iniciación en la iglesia. La fe en Jesucristo y en Dios como Padre de Jesucristo, la conversión del estilo de vida y una preocupación genuina por los necesitados eran los únicos requisitos para el bautismo. Por una serie de razones, en el siglo III San Hipólito de Roma encontró necesario escribir y capturar un proceso de iniciación más formalizado. Las obras griegas originales de sus escritos, Tradición Apostólica, se han perdido en el tiempo y las circunstancias, pero existen fragmentos de otras traducciones que documentan un PROCESO para “aquellos que se adelantan recientemente para oír la Palabra…”, catecúmenos en latín. Este proceso duraría tres años…pero hubo excepciones porque “…no es el tiempo lo que se juzga, sino la conducta”. El edicto de Milán del año 313 d.C. hizo del cristianismo una religión oficial reconocida y protegida por el derecho romano. Con ese decreto se engrosaron las filas del cristianismo. La gente acudía en gran número para ser bautizada, en su mayor parte a través de un proceso catecumenal. Hacia el año 1000 d. C., Europa se había convertido básicamente en cristiana y el uso del proceso catecumenal disminuyó. La mayoría de las personas ahora fueron bautizadas en la iglesia como bebés, no como adultos paganos. Durante casi dos milenios, el catecumenado no funcionó de manera significativa. Guiados por el Espíritu Santo, los Padres Conciliares del Concilio Vaticano II se inspiraron en la historia de la Iglesia para revivir la práctica del proceso catecumenal. Así, en la Sagrada Liturgia, párrafo 64, leemos: “Se restablezca el catecumenado de adultos, que consta de varios pasos distintos…” En 1972, la Congregación para el Culto Divino revisó el rito del bautismo de adultos y envió un nuevo rito para la iniciación cristiana de adultos para la aprobación del Papa (San) Pablo VI. El proceso que usamos hoy es muy similar al proceso del siglo III. Y es un PROCESO donde el discernimiento y la decisión impulsan el resultado, no una línea de tiempo. Por lo tanto, si conoce a alguien que está discerniendo la iniciación en la fe católica, hable con él, anímelo y envíelo a uno de nuestros clérigos.

– Deacon Hoppe