Reflexiones semanales del 27 de febrero de 2022

“Distracciones”

Por Kathleen Foehrkolb

La vida está llena de distracciones. Las preocupaciones sobre los problemas en el hogar pueden distraernos de hacer nuestro trabajo. La actividad al costado de la carretera puede distraernos mientras conducimos. Los sueños despiertos pueden distraernos de escuchar lo que alguien está tratando de decirnos. Esta falta de concentración puede generar problemas como atrasarse en el trabajo, un accidente automovilístico o un malentendido con un amigo. Por lo tanto, es importante mantenerse enfocado en lo que importa.

Para nosotros, como cristianos católicos, lo más importante es nuestra relación con Dios. Sin embargo, a menudo permitimos que las distracciones nos impidan centrarnos en Dios y desarrollar una relación más profunda con él. Esta falta de enfoque puede ser más que problemática, ¡puede ser desastrosa! Sin Dios, nuestras vidas pueden parecer sin sentido, nuestras luchas abrumadoras, nuestros logros vacíos.

Jesús también encontró distracciones en su vida terrenal. Cada vez que Jesús necesitaba renovar su enfoque, se iba solo a un lugar tranquilo para ayunar y orar. Saldría recargado y energizado para su misión.

La temporada litúrgica de Cuaresma es el momento en que los cristianos imitan a Jesús al alejarse de las distracciones de la vida para volver a conectarse con Dios a través de la oración, el ayuno y la limosna. No podemos dejar nuestras familias, nuestros trabajos y nuestras responsabilidades e irnos a vivir al desierto durante 40 días. Pero podemos hacer algo. Sólo necesitamos un plan.

Entonces, mientras nos preparamos para entrar en la temporada de Cuaresma, dediquemos un poco de tiempo a descubrir qué distracciones PODEMOS dejar de lado durante 40 días. Tal vez podamos dejar de lado la distracción de un programa de televisión por semana y pasar ese tiempo rezando el rosario o leyendo un capítulo de la Biblia. Tal vez podamos dejar de lado la distracción de estar sentados en la fila del autoservicio en Starbucks y, en su lugar, poner ese dinero en la caja de los pobres. Tal vez podamos dejar de lado la distracción de nuestros teléfonos celulares y usar ese tiempo para tener una conversación real con alguien que amamos.

La Cuaresma está a la vuelta de la esquina. ¿Tiene un plan?