Reflexiones Semanales del 17 de Julio de 2022

Donde encuentro a Dios

¿Dónde encuentro a Dios? Al principio, pensé que esto iba a ser fácil de poner en papel. Naturalmente, no lo fue. ¿Escribo sobre el océano, y cómo el constante rizo de las olas y el suave soplo del viento me envuelven en la paz de Dios? ¿Escribo sobre las personas y cómo veo a Dios en las acciones y necesidades de los demás? ¿Escribo acerca de la Eucaristía y de ser íntegro a través del sacramento y la presencia de Cristo? ¿Escribo sobre el laberinto de oración y cómo su camino siempre serpenteante refleja mi propio camino en la vida y me da tiempo para caminar con Dios y acercarme a Jesús?

No hace falta decir que podría seguir para siempre llenando esta página con ejemplos de dónde encuentro a Dios. Porque para mí, encuentro a Dios en todas partes. Eso no quiere decir que siempre esté asombrado de la presencia de Dios. A veces, la rutina de la vida diaria está al frente de mi mente, y no siempre recuerdo detenerme y buscarlo. Pero cuando miro mi vida, veo a Dios en tantos lugares. Está en las cosas graciosas que dicen mis alumnos. Él está en la forma en que mi sobrino se ríe. Él está en mis noches de juego con familiares y amigos. Está en la forma en que mi perro se acurruca cerca de mí después de un largo día. Él está en los rostros de cada persona en la línea de comunión. Él está en todos los ejemplos que he nombrado en esta reflexión y en todos los que no tuve espacio para incluir.

Cuando era más joven, encontré a Dios fácilmente en la naturaleza. Y todavía lo hago. Pero a medida que fui envejeciendo, la gente me trajo a Dios tanto como cualquier bosque o playa. Lo atribuyo a una simple oración de una de mis tías. Uno que estoy seguro que ella no tiene idea me ha impactado tanto como lo ha hecho.

Mientras crecía, mis padres, mis tías y mis abuelas eran todos Ministros de la Eucaristía. Un día, en una conversación informal durante una comida informal, mi papá mencionó una conversación que había tenido con una de sus hermanas. Estaban conversando sobre la iglesia, y ella le dijo que antes de presentar la Eucaristía y decir “el cuerpo de Cristo”, ella piensa “tú eres” haciendo su oración “tú eres el cuerpo de Cristo”. Dije que era una gran manera de pensar en ello. Papá dijo que realmente lo es y la conversación continuó.

Pero la perspectiva de mi tía se quedó conmigo. Tanto es así que lo hago yo mismo ahora que me he convertido en Ministro de la Eucaristía y la experiencia casi me ha hecho llorar en más de una ocasión. “Vosotros sois el cuerpo de Cristo”. Ese encuadre es como abrir una cortina. Ilumina todo y a todos. Eres el cuerpo de Cristo. Tú eres la razón por la que encuentro a Dios a nuestro alrededor.

-Erin Perkins