Reflexiones semanales del 16 de enero de 2022

“EL SÍNODO ESTÁ AQUÍ”


Sínodo. Es una palabra inusual, rara vez, si es que alguna vez, forma parte de nuestro vocabulario. Sin embargo, es un término significativo en la Iglesia Católica Romana. La palabra en sí es de origen griego y significa “viajar juntos”. En nuestra Iglesia, denota tanto un evento como un proceso donde el clero, los religiosos y los laicos se reúnen para discutir importantes asuntos de fe. Desde 1967, los papas se han reunido dieciocho veces. Como resultado, la Iglesia emerge diferente y cambiada.


En octubre pasado, el Papa Francisco inició el mayor esfuerzo de renovación en nuestra Iglesia en sesenta años. En el pasado, varios laicos fueron invitados a hablar con los obispos.


Sin embargo, esta vez, el Papa Francisco ha ampliado el proceso de escucha para incluir a todos los católicos del mundo. Después de dos años de ‘escucha, discusión y discernimiento’, los obispos se reunirán en Roma en octubre de 2023 para la culminación del proceso. Nunca antes un sínodo había buscado la opinión de todos los católicos. El sínodo ha llegado a las parroquias Príncipe de la Paz y San Francisco de Sales. En los próximos meses, se le invitará a compartir sus pensamientos sobre nuestra iglesia, sus fortalezas, sus debilidades y su visión del futuro de la iglesia. El tema de discusión es tan fundamental como “¿Cuál es la mejor manera de caminar juntos como comunidad de fe?”
Las “Sesiones de Escucha” tomarán muchas formas y estarán disponibles de muchas maneras. Busque más detalles en las próximas semanas. Una vez que decida qué opción prefiere, tómese un tiempo en oración reflexiva para contemplar su respuesta. ¡Y luego participa!


El Papa Francisco ha invitado a todos los católicos a dar su opinión. Ha pedido escuchar tus pensamientos. La Iglesia está escuchando, y ahora nos toca a todos. La iglesia nos llama a todos; no sólo unos cuantos feligreses elegidos, sino todos los católicos; el de la banca para la misa diaria, el de la banca para la misa dominical, el que se ve dos veces al año, y el que ya no se ve en la iglesia.


Dejemos que el Espíritu Santo nos inspire mientras guía este proceso. Que resulte en una Iglesia sinodal fundada en la comunión, la participación y la misión.

  • Por Patrick J. Perkins