Reflexiones 10/09/23

“Maestro de la fe”

Durante el Rito Bautismal, mi esposo y yo afirmamos que estábamos aceptando la responsabilidad de criar a nuestras hijas en la fe y que sería nuestro “deber criarlas para guardar los mandamientos de Dios, como Cristo nos enseñó, amando a Dios y nuestro vecino.” Pero, ¿qué significa esto realmente?

A medida que crecí, mis padres nos enseñaron a decir las gracias y nuestras oraciones antes de dormir, nos enseñaron el rosario y fueron modelos de servicio comunitario y servicio a la Iglesia. Si bien mis padres no fueron mis maestros de educación religiosa para la catequesis formal, sí eran catequistas. Mi madre me ayudó con el vestuario y apoyó la producción de la Natividad en la que participé. Mis padres fueron acompañantes de los retiros y encierros de grupos juveniles. Nos apoyaron y animaron cuando nos convertimos en monaguillos, miembros del coro y lectores e incluso comenzamos a ir a misa dos veces los domingos para que pudiéramos participar en la misa vespertina de LifeTeen. En todo esto, formal e informalmente, mis padres apoyaron mi desarrollo y crecimiento en la fe.

Ahora, como padre, mi esposo y yo hemos decidido modelar nuestra fe a través del servicio. En nuestro voluntariado para apoyar a las masas, a la parroquia y al pastorado. Mi esposo ahora es catequista y yo participo activamente en el consejo parroquial; ambos somos lectores, yo soy Ministro Extraordinario de la Eucaristía y, en ocasiones, somos bateadores emergentes apoyando a los ujieres. Y ahora, es común ver no solo a mi esposo y a mí como voluntarios, sino también a nuestro hijo mayor. Ella ayuda a cambiar la decoración del santuario con las temporadas litúrgicas, ayuda a preparar y limpiar para la misa, y puede encontrarnos a todos apoyando varios eventos durante todo el año.

A medida que nuestros hijos regresan al año escolar de Educación Religiosa, es importante que recordemos nuestra responsabilidad de educar a nuestros hijos en la fe. La forma en que modelamos y enseñamos nuestra fe es fundamental para que nuestros hijos experimenten nuestra fe por el resto de sus vidas. -Ashley Letsche